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¡Al fin en la escuela! Luego de haber tomado un bus repleto de gente y
haber caminado cuatro cuadras, al fin había llegado a mi destino... Solo
esperaba que ese alguien importante también estuviera allí...
Ayer
no pude hablar con él debido a que llegué en la noche y no había manera
de comunicarnos o de visitarlo. Incluso, al llamar a su casa solo
conseguí que su hermano me dijera que él ya estaba descansando y que no lo
fastidiara tan tarde... Debía de esperarlo de Avan...
Al
ingresar a la estructura pude notar que había gran cantidad de gente
nueva. Entre toda la multitud, noté una cabellera morada, liza,
incomparable... Sin duda alguna era Mizaki.
Polo: ¡OSO! *exclamé con todas mis fuerzas, haciendo que él volteara poco tiempo después de haberme oído*
Me
apresuré para llegar a estar junto a el. Comencé a correr con
aquella estúpida sonrisa en mi rostro; mi corazón se aceleraba cada vez
más al saber que, con cada paso que daba, él estaría más cerca,
podríamos hablar, podría verlo, abrazarlo... ¿O tal vez no?
Mi sonrisa cambió por una mueca de confusión y preocupación al notar que tenía un yeso alrededor de su brazo izquierdo.
Polo: ¿Qué te pasó? ¿Por qué... tienes...? Déjame ayudarte con eso *dije al notar como cargaba su mochila en uno de sus hombros. A pesar de
haberse negado al principio, sabía que no iba a permitir que cargara
aquella mochila hasta un tercer piso. Pude notar también un pequeño
rasguño en su mejilla izquierda y un moretón en el pómulo derecho. ¿Cómo
había ocurrido todo esto?*
Mizaki: No te preocupes. Solo resbalé por unos calcetines y caí por las escaleras *Su tono de voz era tranquilo; sus labios no expresaban emoción alguna, pero su mirada parecía transmitir cierta alegría*
Nos dispusimos a seguir adelante para encontrar nuestro salón. Tercer piso, segundo pabellón a la derecha.
Polo: Rayos, no me digas que otra vez tú...¿Fue solo un accidente, verdad?
Mizaki: Quién sabe
No
me gustaba que se hiciera daño, y para colmo que me diga que no me
preocupara. ¿Acaso no se da cuenta de cuánto me hiere al dañarse a sí
mismo?
En fin… llegamos al aula. Todos los rostros son conocidos,
o al menos eso parece en aquel alboroto rebosante de alegría y
juventud…
Todos los presentes querían saber qué había ocurrido con
él. Sin embargo, él solo respondía con un “No se preocupen, ya mejoraré”
con aquella típica voz llena de frialdad. Avanzamos hasta llegar a la
última carpeta del lado derecho, donde él siempre se sienta; dejé ambas
mochilas en el suelo y me dispuse a tomar asiento en la carpeta frente a
la suya.
Polo: Espero que dejes ya de hacerte daño. Es muy peligroso…
Mizaki: Lo sé. También lo espero
Pinkuu: ¡POLO! *oí una voz algo escandalosa, divertida y alegre pronunciar mi nombre. No había duda, era Pinkuu*
Me
puse de pie y le di un fuerte abrazo, al que ella correspondió. La
había extrañado bastante estas vacaciones ya que, si bien Mizaki era mi
mejor amigo, Pinkuu era como una hermana para mí… Después de todo, ha
vivido frente a mi casa y estudiado conmigo desde que tengo memoria.
Pinkuu: Hola, Mizaki *dijo al separar nuestro abrazo*
Mizaki: Buenos días, Pinkuu *respondió mi amigo sacando un libro de su mochila*
La
relación entre esos dos nunca había sido tan buena, y ninguno de los
dos parecía querer hacer algo para mejorarla. Ella se sentó en la
carpeta a mi lado derecho y comenzamos a hablar de temas banales. Hasta
que…
Maestro: Buenos días, tomen asiento. Como ya saben, yo soy el
profesor Francisco, su tutor. Si ocurre algún incidente, por favor, me
lo hacen saber *Aquel hombre nos caía muy bien. A pesar de ser
alguien bastante exigente y estricto, se había ganado nuestro aprecio
por más de nunca haber sido nuestro tutor*
Maestro: Ahora, quiero presentarle a su nuevo compañero. Joven, puede ingresar
Al
término de sus palabras, entró un chico alto y de tez clara. Era de cabello castaño de cabellos rizados cuyos ojos eran color morado muy claro. Llevaba
con él un morral de cuero y reflejaba un aire sereno, demostrado en la
expresión de su rostro. Incluso, tenía dentro de su boca goma de mascar.
A continuación se escucharon los típicos susurros de las chicas…
Daisuke: Hola, mi nombre es Daisuke y… uhm… tengo 14 años y… me gusta el fútbol… y la goma de mascar *dijo con una voz calmada y algo gruesa para su edad luego de esbozar una pequeña sonrisa*
Maestro: Excelente. Puede tomar asiento junto al joven Mizaki, el chico con el
brazo enyesado. Y que no se le olvide botar esa goma de mascar que tiene
ahí
Daisuke: De acuerdo *respondió Daisuke mientras se
acercaba al tacho para botar la goma. Luego caminó hasta llegar al
costado de Mizaki, donde tomó asiento. Mizaki por su parte, no se
había percatado de nada de lo ocurrido*
Daisuke: Hola, ¿sabes qué cursos tocan hoy? *Preguntó el castaño a mi amigo de cabello morado. Mas no recibió respuesta alguna de sus labios*
Polo: Eh, ahora toca Literatura. Por cierto, soy Polo
Pinkuu: Y yo soy Pinkuu, pero puedes llamarme como te plazca *comentó mi amiga con un tinte coqueto en sus palabras*
Daisuke: Muy bien, gracias Polo y Pink
Polo: Disculpa a Mizaki, cuando se mete en la lectura no hay quien lo saque de ella *mencioné*
Daisuke: No te preocupes por eso…*dijo mirando al de ojos naranjas* Después de todo... a mi también me gusta mucho la lectura
Al
finalizar su frase, sus labios mostraron otra despreocupada sonrisa.
Seguido a esto, comenzó a buscar algo en su morral. Era de esperarse…
era goma de mascar.
Antes de tan siquiera decir algo, Pinkuu se disculpó y me arrastró con ella al otro extremo del aula.
Polo: ¿Qué pasa Pink? ¿Estás bien? *mencioné preocupado*
Pinkuu: Sí, es que… Necesito que me hagas un favor.
Polo: ¡¿Quieres que haga qué?!
Pinkuu: Vamos, Polo, ¡debes ayudarme! Eso hacen los hermanos después de todo
Polo: Ya, pero también protegen. ¿Estás segura de esto? Es que no lo conoces ni un día
Pinkuu: ¡Da igual! Me gusta bastante y a las demás también, ¿qué no ves?
Polo: Uff, no se puede contigo…
Pinkuu: Si hubiera una chica que te gustara, sé que me pedirías lo mismo
Polo: Sinceramente no lo creo
Pinkuu: ¡Ya basta! ¿Me ayudarás o no?
Polo: No, Pink. Y no me vas a convencer.
Pinkuu: Seremos pareja, pero de mentira...Es solo darle celos. ¿entiendes? ¡Eso es todo!
Polo: ¡Que no Pinkuu!
Pinkuu: Hm… ¿Por qué será que te niegas tanto?
Esa
pregunta hizo que sus ojos se abrieran de tal manera que su expresión
de sorpresa fuera más que evidente. Realmente no esperaba que Pinkuu
lo pusiera en una situación como esa. Y sobre todo, que descubriera el
mayor secreto de sus años de adolescencia y niñez.
Polo: Pues porque…*comentó con nerviosismo* Porque eres mi amiga y no quiero que ese chico que ni siquiera conocemos te rompa el corazón
Pinkuu: Oye, nací de noche, no anoche. Tú estás ocultando algo… ¿No será que te gusta alguien más? *mencionó la joven morena arqueando una ceja*
Si
bien la primera pregunta lo había descolocado, esta última había roto
sus esquemas de tranquilidad, haciendo que el color rojo tomara lugar en
su rostro y orejas.
Polo: Nada de eso Pinkuu, ¡qué cosas dices, por Dios!
Pinkuu: Si no fuera nada no lo negarías tanto… Además, estás colorado
Al
terminar esta frase, la joven comenzó a observar el aula entera, como
si estuviera buscando a alguien. Efectivamente, se encontraba haciendo
un proceso de deducción para averiguar quién podría ser la afortunada
que había tomado sin saber el corazón de su amigo.
Polo metió sus manos en los bolsillos del pantalón, se sentía más tranquilo
al saber que su amiga no encontraría a "la joven que le gusta". Su
mirada volteó instantáneamente para posarse sobre unos cabellos cortos y
lisos color uva al final del aula. Pudo divisar su brazo
fracturado y algo escrito en él... Subió un poco más la mirada y divisó
una tierna sonrisa, que ciertamente no se ve muy seguido en el rostro de Mizaki...
El verlo sonreír era en sí un acontecimiento extraño;
era uno de esos sucesos que se caracterizaba por ocurrir pocas veces.
Sin embargo, el que suceda significa algo muy importante, algo único,
extraño, bello... especial...
Era algo tan interesante para Polo que, el simple hecho de no ser acreedor de aquella sonrisa, era algo que lo frustraba.
Sintió impotencia, enojo, celos... Porque sabía a quién iba dedicada aquella bella sonrisa...
Sus
miradas se encontraron, en medio de todo el salón. Polo sabía que
se sonrojaría si intentaba seguir en aquella línea invisible que sus
miradas fabricaban en esos instantes; por lo tanto, decidió seguir
hablando con Pinkuu...
Polo: Yo... tal vez pueda ayudarte...
Pinkuu: ¿De verdad?
Polo: Pues... No lo sé, no creo poder darle celos *mencionó con un leve sonrojo*
Pinkuu: ¿Bromeas?
¡Mírate! Eres alto, tu piel no es morena. Tienes
ese cabello blanco que también es lizo y te da un toque angelical. ¡Y
tus ojos! ¿Qué chica no se derrite por un par de ojos rosa? Además
están tu personalidad y ese lindo sonrojo tuyo... ¿Qué chico no tendría
celos de ti? Si te declaras a alguien, ¿quién te podría decir que no?
Esa
pregunta era sencilla de responder, y Polo lo sabía más que
nadie... Miró al suelo, sintió que le clavaban algo filoso en el
corazón. Sin embargo... A pesar de todo, le gustaba creer que aún tenía
esperanzas. Por eso, trató de dibujar una sonrisa en su rostro...
Pinkuu: Escucha, piénsalo ¿sí?
Polo: De acuerdo, pero, puedo contarle a Mizuki sobre tu plan, ¿verdad?
Pinkuu: ¿Estás loco? ¡Nadie debe saberlo! Y si alguien llega a enterarse de algo, ya sabré a quien culpar, eh...
Polo: Es
que Mizaki es como mi hermano. Y si tengo una "novia" ya no pasaré
tanto tiempo con él. Creo que tal vez debería saber..lo...
Se quedo callado, tal vez podría usar esto para averiguar si Mizaki siente lo mismo por él.
Pinkuu: Da igual... Si tienes novia, él tendrá que entender que pasarás más tiempo con ella *dijo cruzando los brazos*
Polo: Bueno...ahora debo preguntar...¿Por qué no te agrada Mizaki?
Pinkuu: ¿Qué?
Polo: Que por qué no..
Pinkuu: Ya te oí, es que no entiendo a qué viene la pregunta
Polo: Siempre te pones a la defensiva cuando te hablo de él. ¿Por qué? *le cuestionó cruzando los brazos, al igual que ella*
Pinkuu continuó mirando a Polo con un semblante bastante serio, extraño
en ella. No había cambiado de mirada o posición desde que Polo metió a Mizaki en la conversación... Miró al chico mencionado. Él los estaba
viendo, pero parece que estaba metido en sus pensamientos... Volvió su
mirada hacia el de ojos rosa. Y respondió:
Pinkuu: Nada de eso, es
solo que él y tú son amigos. En cambio, él y yo somos compañeros de
aula. Eso es todo, y entre amigos y compañeros de aula hay una gran
diferencia, ¿no crees?
Polo: Supongo que sí...
Hubo
silencio entre los dos. Uno de ellos pensaba en qué le respondería a la
joven... ¿Ser o no ser? ¿Ayudarla o no? También cavilaba el porqué de la
seriedad de su compañera al hablar de su mejor amigo... Aunque no
llegaba a una respuesta concreta.
La otra persona, trataba de disipar
viejos recuerdos... Aquellas viejas memorias que creía ocultas en lo
más recóndito de su mente... que creía ya olvidadas...
Pinkuu: Bueno, piénsalo *dijo Pinkuu dirigiéndose junto a las tres chicas que estaban hablando con Daisuke*
Polo: Lo haré *respondió el de cabello blanco para sí. Elevó la mirada hacia el
firmamento; podía ver un cielo con algunas nubes por la ventana que
estaba a su lado. En esos momentos solo había una interrogante en su
mente*
Polo: ¿Sentirá él lo mismo que yo?
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